Yo también tuve un aborto
Creo que este es uno de los temas más sensibles de los que puedo llegar a hablar en este blog. Seis meses antes de quedar embarazada de mi hijo tuve un aborto y fue una de las experiencias más dolorosas de mi vida.
Un hijo o hija puede ser deseado y/o buscado o no, pero lo cierto es que cuando se materializa, independientemente de cómo haya sido el método de búsqueda… ya está ahí. En mi caso me enteré por los síntomas que tenía: irrefrenable deseo de consumir pasas de uva (que en condiciones normales odio), ganas de vomitar, letargo por la mañana y sensibilidad a los olores. Esto me llevó a hacerme un test de embarazo de los que se venden en la farmacia, que terminó dando positivo. Se me vinieron todos los miedos e inseguridades encima, dado que en mi caso no lo habíamos buscado.
Más o menos tres días después comencé una tardecita con dolores como si fueran de ovarios y menstruales y levanté temperatura, cuando fuimos a la clínica me hicieron una ecografía y determinaron que tenía un saco gestacional pero sin embrión. Nadie supo decirme qué pasó, si alguna vez tuve feto y lo expulsé o si nunca existió. Volví a casa con el corazón roto, había perdido un bebé que ni siquiera había buscado y nada peor que perder algo que una ya cree suyo.
La situación pasó y 15 días después comenzaron de nuevo los dolores de ovarios, esta vez la sensación era como si fuera de contracciones, luego de estar como media hora en el baño con un dolor insoportable expulsé el saco. Tras una nueva ecografía determinaron que mi útero estaba “limpio” y ese fue el fin de la historia. Durante varios meses anduve en piloto automático, iba a trabajar y volvía a casa a dormir, no quería saber nada con nadie. No salía, no comía, no me concentraba, no hablaba con nadie, ni siquiera con mi pareja. Nadie llegó a saber que había estado embarazada porque entre que me enteré de que lo estaba y de que ya no, pasó muy poco tiempo y a decir verdad tampoco tenía ganas de compartirlo. Tardé más de 1 ½ en poder llorarlo, nada tenía sentido.
Pensaba en la diferencia entre mi novio y yo, si bien los dos habíamos “perdido un bebé” era una pérdida distinta, es que los abortos, sean espontáneos o inducidos, a las mujeres nos pasan por el cuerpo, el dolor, las sensaciones, el miedo, cosas que un hombre jamás llegará a entender. Hablando con otras mujeres (bastante tiempo después) me enteré que muchas hemos tenido algún tipo de aborto a lo largo de nuestras vidas, es más común de lo que me imaginaba y cada una lo vivenció de una manera diferente. Sin embargo todas, absolutamente todas me relataron esa sensación corporal de dolor y pena respecto al aborto. A partir de esa experiencia aprendí a conectarme con las mujeres desde otro lado, sin juzgar a nadie por nada, el aborto de por si ya es doloroso como para que una le tenga que sumar una opinión al respecto. A veces se trata de abrazar, a veces solo de acompañar en el silencio a las hermanas que pasaron por alguna situación similar a la mía.
Volviendo a mi bebé, no lo llegué a sentir, pero si sentí los síntomas asociados a su presencia/ ausencia y puedo afirmar que fueron muuy dolorosos, a nivel físico y mental. Me quedarán por siempre preguntas sin resolver: de que hubiera sido, si nena o nene, como le habría puesto, como habría sido físicamente, cuando habría nacido, qué carácter hubiese tenido, etc. Eso al día de hoy aún me parte el alma.
4 meses después volvimos a la ginecóloga quien tras realizar todos los estudios de rutina y determinar que estaba todo bien, me dio ácido fólico y comenzamos con la búsqueda. Seis meses después del aborto volví a quedar embarazada y estaba vez tuve a mi actual bebé. Siempre me caractericé en la búsqueda de sentido en el sin sentido del aborto, hoy creo haberme convencido a mi misma que ese primer bebé no estaba en los planes de nacer y que si ese embarazo hubiese progresado hoy no tendría a mi actual hijo el cual amo con toda mi alma.
Así cuando la gente me pregunta cuántos hijos tengo digo que uno, pero aclaro que tuve 2 embarazos y conforme mi hijo crezca le explicaré también que antes de él hubo otro bebé que no nació. Creo firmemente (y espero) que algún día cuando mi alma deje mi cuerpo, ese bebé y yo nos encontremos en el más allá para darle ese abrazo que en este plano no le pude dar.
Si pasaste por alguna situación similar a la mía NO ESTÁS SOLA, nos tenemos. Te abrazo con el alma.