El reflujo que me quema el alma

Junto con los cólicos, el reflujo es una de las experiencias más desagradables y dolorosas por las que he visto pasar a mi hijo en sus primeros meses de vida. En líneas generales desde que nació y hasta digamos los 6 o 7 meses, siempre pasaba lo mismo, luego de tomar la leche lo hacía eructar, algunas veces le salía leche y otras no, sin embargo el problema venía que hasta 3 horas después de la ingesta, solía vomitar una o varias veces. 

¿Qué es el reflujo?, pues resulta que es el ácido de la pancita del bebé subiendo por el esófago hasta llegar a la garganta, lo cual trae aparejado la sensación de ardor y de quemazón en la garganta y boca, algo terriblemente doloroso e incómodo para él. Esto, que en la vida de un adulto suele darse cuando de vez en cuando, estamos nerviosos, comimos algo picante, etc., en la vida de mi bebé se daba diariamente cada vez que tomaba leche y por el transcurso de al menos 2 o 3 hs, lo cual resultaba en un martirio.

Obviamente lo primero que hice fue consultar a la pediatra quien me dio una serie de recomendaciones o “buenas prácticas” para evitarlo, por ejemplo: sellar la entrada de aire del pecho contra la boca, cambiar de tetina de la mamadera, dejarlo erguido media hora luego de la ingesta, no hacer juegos o movimientos bruscos luego de tomar la teta, no acostarlo, procurar no moverlo mucho, etc. y como de costumbre nada funcionó. No estaban de más las vecinas, mamás, abuelas que cada una recomendaba algo diferente, e incluso remedios caseros como “té de esto o de lo otro”… tampoco sirvió. 

Debo decir que el reflujo se sucedía con la leche de mi pecho y con la leche de fórmula. Muchas veces me pregunté si era alguna reacción alérgica a la leche o algo por el estilo pero la médica me decía que hay bebés que al principio les cuesta más que otros el tema del reflujo y me agregaba algún medicamento para evitar justamente los vómitos, que le daba religiosamente pero sin el efecto deseado. 

Ni hablar de la ropa, que debía cambiar a cada rato, porque no había babero ni nada que aguantara semejante olor a putrefacción. Fue por esa época que descubrí que me era más conveniente comprar ropa de calidad media de algodón pero en cantidad, porque sino no llegaba a lavar y secar en la misma medida en la que él se iba ensuciando. 

Conclusión, ¿cuando se mejoró y cómo?, fue solo, a partir de los 6 meses con la incorporación de alimentos sólidos y la maduración de su pancita que de a poco dejó de tener reflujo, al igual que cólicos. Como siempre digo: acompañar, frustrarse y aprender! para estar presente en el tiempo de arranque, de los primeros meses de vida, que muchas veces me resultó más demandante de lo que me podía haber llegado a esperar. 

¿Y ustedes tuvieron problemas con el reflujo?

Los vómitos

Los vómitos son probablemente una de las cosas más molestas y asquerosas que me pasaron en el embarazo.

Una vez leí que el cuerpo siente la presencia del bebé como a un extraño que trata de combatir, como si fuera un virus por ejemplo y que desde que lo detecta (más o menos al mes), hasta los 3 meses (cuando el cuerpo cae en la cuenta que no es un agente patógeno) trata de deshacerse de él arduamente. En este caso el cuerpo adopta la estrategia de tratar de expulsarlo por la boca, pero y acá es donde el falla, dado que como el bebé no entró por ahí, tampoco saldrá por ahí.

En mi caso, el pequeño que estaba fagocitandose de mis entrañas para crecer, fue detectado por mi cuerpo a fines de un caluroso diciembre. Las náuseas arrancaron un día de súbito y sin previo aviso y se mantuvieron durante todo el verano. El principal momento del día en que las sentía era por la mañana, en el intervalo que iba desde que me despertaba hasta que llegaba al trabajo.

Intenté de todo: tomar mucha agua, tomar poca agua, ir a trabajar en ayunas, desayunar de manera abundante, tomar ranitidina, etc. pero nada funcionó. Recuerdo patente la sensación de tomar conciencia a la mañana y sentir la necesidad de expulsar todo de mi interior acompañado con arcadas cada 20 segundos en promedio. Esto sumado a que de lunes a viernes para ir al trabajo debía tomarme un colectivo que solía no contar con aire acondicionado, iba extremadamente lleno (a la altura en que yo me subía estaba literalmente pegada al chofer) y que además por el calor y el movimiento me bajaba la presión y solía terminar mareada, cuando no en el piso. Todo esto significaba un peligro grande de golpearme contra algo o alguien y terminar herida.

Ni que hablar de pedir el asiento, ya avanzado el embarazo lo pedía y me miraban con mala cara, imagínense los primeros meses en los cuales no se me notaba la panza no me lo daban o peor aún no me creían que estaba embarazada (una locura) y me miraban con mala cara.

Por esa época leía foros, le preguntaba al médico obstetra, a mamás que ya habían pasado por lo mismo que hacer pero todos me daban más o menos las mismas soluciones que yo ya había intentado poner en práctica con escasos resultados. Un día, leyendo un foro alguien recomendó tomar una bebida isotónica, de esa que le dan a los deportistas de élite para hidratarlos. Perdido por perdido decidí intentarlo. Compré en el super una botella de 1.25Lts. de sabor manzana y estando en la parada, cuando vi que el colectivo se iba acercando comencé a tomar del pico (a esta altura del partido no me iba a andar con sutilezas de buscar una pajita). Y para mi sorpresa ME FUNCIONÓ!!!.Debo decir que no fue una solución mágica, no es que dejé de tener ganas de vomitar, pero al menos las arcadas eran más controlables y menos continuas.

¿La bebida era barata?, no, pero hasta cumplir los 3 meses decidí INVERTIR en mi bienestar mental y físico y comprarme todos los días la bendita bebida. Hasta al baño iba con mi botellita salvadora!.

Finalmente cumplido el tercer mes (que se me hizo eterno!!!!!) los vómitos y las arcadas desaparecieron, así de súbito como aparecieron y comenzó el segundo trimestre de embarazo que para mí fue el más tranquilo y llevadero de los 3.

¿Y vos tuviste vómitos o arcadas en el embarazo?

Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Al hacer clic en el botón Aceptar, aceptas el uso de estas tecnologías y el procesamiento de sus datos para estos propósitos.   
Privacidad